viernes, 1 de marzo de 2019

Patatas con arroz

    Con todo va bien la patata, pues es comida que no mata. 
    Las patatas cocidas, alargan la vida. 
    No existe plato desdeñado en la cocina cuando se realiza de manera auténtica (Cervantes) 
    Quien arroz come, buenos carrillos pone. 
    “¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.” (Confucio) 
    "Patatas con arroz, con hambre buenas son"

    Hay una tendencia a despreciar las cosas sencillas, de ahí que se hayan abandonado muchas de ellas. Pero lo cierto es que las patatas con arroz son buenas no solo cuando hay hambre.

    Este es un plato que sabe a infancia, a pueblo y a familia.
    Entonces comíamos cocido casi todos los días; sopa, garbanzos, berza, carne, tocino y chorizo, y nadie, que yo recuerde, estaba obeso.
    Para cenar había más variedad. La cena era más ligera. Una de las posibilidades eran las patatas con arroz.

    Hoy lo suelo hacer como primer plato del medio día. Aunque la forma de trabajar y de comer hayan cambiado mucho en los últimos cincuenta años, me parece que es posible conservar los platos de toda la vida. Es fácil, rápido, barato y riquísimo. Es un guiso básico que admite variantes con que enriquecerlo si fuera necesario o apeteciese. Se le pueden añadir unas costillas, o unas setas, o unos trozos de chorizo, o unos huevos, o bacalao, o...

    Los ingredientes de este guiso básico son pocos, sencillos, sanos y baratos:
    patatas, arroz, ajo, cebolla, laurel, sal, pimentón y aceite de oliva.

    Yo lo hago tal como lo aprendí de mi madre y de mi abuela.

    Primero me admiraba que mi madre pudiera hacer algo tan rico, luego me admiraba que pudiera hacerlo con tan poca cosa.

    Empezamos sofriendo la cebolla y el ajo en una cazuela con el aceite. Añadimos las patatas y el pimentón. Las patatas tienen que escacharse para que creen un caldo enlazado, si se cortasen limpiamente quedaría un caldo como aguado, una pena. El pimentón que me gusta es mezcla de dulce y picante, para que tenga gracia, además de que el picante es sano;

    Según los últimos estudios, todo indica que  alarga la esperanza de vida y ayuda a prevenir determinados tipos de cáncer. Comprobado está que adelgaza, alivia ciertos dolores y nos hace más felices al provocar la liberación de endorfinas.

    Damos unas vueltas a las patatas con el pimentón en la cazuela para que lo tome bien y añadimos también el arroz, y le damos también unas vueltas con una cuchara de madera.
    Luego ponemos un par de hojas de laurel, sal y agua hasta que lo cubra todo. Y dejamos cocer unos veinte minutos. 
    En León nos gustan los platos de cuchara que estén un poco caldosos. Este plato está condimentado con todo lo que nos gusta a los leoneses en el plato: pimentón, un poco picante, laurel, ajo, cebolla.

    4 comentarios:

    1. Buenísimo....Mi truquito es rehogar las patatas despacio y bastante. Y cuando me sobra carne guisada se la echo al guiso con su salsa y el resultado es.....que todos quieren repetir.

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      1. Gracias por comentar. Mi madre ponía muchas veces costilla de cerdo adobada y era una fiesta.
        Cómo me gustaría que no fueras alguien anónimo y que además te incorporases a la pequeña lista de mis amigos y lectores seguidores.

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    2. Me lo voy a comer hoy y al haber leído esta entrada tan interesante me está haciendo la boca agua. Gracias por preparar este plato que reconforta y alimenta tan bien y por el post!

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      1. Cariño, a ti te gusta todo lo que yo hago. Y a mí todo lo que tú haces. Entre nosotros hay algo más que gastronomía.

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    Gracias por dejar tu comentario y no ser un mero visitante anónimo.

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