Pero... ¡si yo no tenía deudas, ni siquiera tenía una hipoteca!
Algunos padres de familia, que por todo este jaleo de la presunta crisis y los contundentes recortes perdieron el trabajo, sí tenían hipoteca y no la han podido seguir pagando. Entonces el banco les embargó la vivienda. Nadie del Gobierno, ni de éste ni del anterior, vino a rescatarlos.
El banco también perdió volumen de negocio, pero el Gobierno se ha dado mucha prisa en ir a rescatarlo, no fuese a quebrar.
Se me ha ocurrido pensar, fíjate qué ocurrencia, que si un banco es tan esencial para el funcionamiento de la sociedad, tanto que no se le puede dejar quebrar como les ocurre a tantas otras empresas, entonces igual no debía ser un negocio privado. Porque no me parece justo que si gana dinero a costa mía y de los demás clientes, se reparta el beneficio entre sus accionistas y, sobre todo, entre sus altos directivos. Pero si pierde, sea también yo quien tenga que rascarme el bolsillo para socorrerlo.
El dinero para el rescate del banco me lo ha quitado el Gobierno a mí subiéndome los impuestos y quitándome la paga de Navidad.
Lo siento por los hijos, sobrinos, ahijados y todos los niños en general. Este año os habéis quedado sin regalos porque a los Reyes Magos también el Gobierno les ha dejado sin recursos.
Dicen que ayudar a los bancos era necesario para que fluyera el crédito y se moviera la economía. Pero ni ha ocurrido una cosa ni la otra.
A los que no entendemos de economía se nos ocurren otras soluciones. Ya sabemos que la ignorancia es muy atrevida. Con todo ese dinero público que se les ha dado a los bancos ¿no se podía haber creado un banco público que sí diera crédito? ¿No se podía haber ayudado también a muchas familias a que no perdieran su vivienda? ¿Y no se podían haber obtenido los recursos extra de suprimir gastos innecesarios y de lo que les sobra a los ricos en lugar de exprimir a los que menos tienen?
La economía especulativa aplicada al mercado de los alimentos ha dejado millones de muertos de hambre en un solo año. |
Ahora que estamos aprendiendo economía a la fuerza, nos estamos enterando que las cosas no son como parecen. Resulta que no solamente se compran y se venden cosas de verdad como trigo, casas o coches. También se compra y se vende el dinero y otros papeles o supuestos papeles que representan derechos, obligaciones o supuestos estados futuros. Es más, la mayor parte de la riqueza se gana y se pierde en ese mercado etéreo y virtual, no en la actividad productiva real.
Los que saben estiman que la economía especulativa mueve diez veces más dinero que la economía real.
Ya decía mi abuelo, que era un gran trabajador, que nadie se hacía rico trabajando.
No podía imaginar hasta qué punto tenía razón.
Si tienes mucho dinero, puedes jugar en ese mercado especulativo. Y si tienes mucho mucho dinero, puedes hacerte más rico aún. Y si tienes muchísimo dinero puedes hacer que los precios se muevan en la dirección que tú quieras y puedes enriquecer o arruinar a otros.
La crisis está haciendo a los ricos más ricos y a la mayoría más pobres. La clase media va camino de desaparecer.
Sabemos que los medios de comunicación social son capaces de crear opinión pública. Ese es el interés de sus dueños; no el informar de la realidad, sino el crearla.
Ahora sabemos también que los grandes jugadores de las bolsas crean la economía mundial.
Decir crisis es un eufemismo. La verdad es que esto es una guerra.
En esta ocasión, una Guerra Mundial. Y el enemigo está oculto.
Las víctimas sí van siendo conocidas.
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Estos poderosos que manejan los hilos de la economía mundial, deciden hundir un país y lo hunden. Y ganan dinero con su hundimiento. Y le obligan a pagar intereses desorbitados. Y ganan más dinero con tales intereses. Y ganan con sus despojos. Y le venderán su reconstrucción para seguir ganando a su costa. Y lo dejarán hecho a su gusto.
¿Quién es este enemigo? ¿Es alemán, francés, chino, árabe? ¿A qué intereses sirve?
Hola Enrique.
ResponderEliminarLos alemanes lo que son unos hijos de... su madre, por decir algo.
Un abrazo desde Doña Mencía
Hola Enrique,
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a leerte aquí, la indignación por todo lo que está pasando crece y crece, sinceramente creo que nos están tomando el pelo, no entiendo (confieso que soy un ignorante) porque sube y baja tanto esa prima de riesgo y porque los culpables de todo somos la clase llamada media, que hemos estado trabajando desde niños, no se que pasará, pero lo que veo no me gusta.
Un enorme abrazo
Son ellos, los que han vivido por encima de "nuestras posibilidades" y somos "nosotros", los que estamos pagando sus sinvergonzerias.
ResponderEliminarUn saludo.
Buen razonamiento, Enrique, toda la razón. Saludos.
ResponderEliminarGracias por entrar y comentar, nuestra indignación por el tema de la crisis crece día a día, cuando vemos que las medidas que Alemania nos fuerza a tomar sirven para paralizar nuestra economía, reducir nuestro consumo interno, empobrecernos y aumentar los intereses que debemos pagar a... Alemania. Lo único bueno es que a más crisis, menos consumo y menos residuos y basura. Es un respiro para el planeta. La naturaleza nos lo agradece.
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