Hoy es el mañana del ayer.
Güei ye'l mañana del ayeri
Salamanca, curso académico 1981-82 |
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego
Hola Enrique.
ResponderEliminarEres tu?
El paso del tiempo es inexorable, aunque enriquecedor; algo tenía que tener. Mejor así.
Un saludo cordial desde Doña Mencía.
Pues sí, José Manuel, es como dices. El tiempo nos hace más... filósofos, o más sabios.
EliminarLos años pasan,...pero adquirimos sabiduría, experiencia y muchos, muchos momentos agradables con amigos y familia.
EliminarUn abrazo.