El viernes será el día del Ayuno Voluntario |
Los pobres y hambrientos en el mundo nos avergüenzan a todos, son una realidad inquietante de la que no podemos prescindir. Según la FAO 1.000 millones de humanos pasan hambre.
En varios momentos a lo largo del año damos una limosna a un pobre, una aportación a una campaña o a una ONG, marcamos la casilla en la declaración de la renta para que se destine un pequeño porcentaje a atender a los necesitados, hacemos el día del "Ayuno Voluntario Contra el Hambre", vemos un documental, comentamos la responsabilidad que tienen los políticos o las multinacionales y les echamos la culpa...
Esto es lo normal y más frecuente. Pero hay unos pocos que se comprometen más y llegan a consagrar su vida al servicio de los pobres en quienes ven a Jesús, al Hijo de Dios hecho hombre; "lo que hicisteis a uno de estos, a mí me lo hicisteis", "tuve hambre y me diste de comer". Son los misioneros, más que héroes.
Ciertamente no podemos ir todos a Haití, (por poner un ejemplo); no cabríamos allí, si se me permite la broma, y empeoraríamos el problema. Pero conformarnos tampoco es eficaz y los gestos normales mencionados más arriba apenas logran apaciguar nuestra conciencia.